Obra de Miguel Ángel Asturias

La obra de Miguel Ángel Asturias
Asturias es considerado precursor del «Boom» hispanoamericano por su experimentación con las estructuras y recursos formales propios de la narrativa del siglo XX, patente en autores como Mario Vargas Llosa, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Ernesto Sábato o Julio Cortázar, y por anticipar en su tratamiento de lo fantástico el realismo mágico, que tendría su realización más emblemática en Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Para comprender la producción de Asturias se debe tomar en cuenta el profundo influjo que ejercieron en él tanto la cultura maya como la vida europea. Lo maya se arraiga en la cosmovisión de un mundo que está asentado en un profundo y auténtico pensamiento mágico y que atrapa en sus relatos. Por otro lado, el influjo del surrealismo, la amistad con Paul Éluard y el contacto con el Ulises de James Joyce son las otras fuerzas que marcan su escritura.
Su obra se inserta en la vanguardia literaria y abarca géneros diversos. Según Albízurez Palma, un exhaustivo estudioso de la trayectoria de Asturias, "Como poeta lírico, ha dejado constancia de sus ricas posibilidades en variedad de creaciones, algunas de temas íntimos, otras vinculadas a temas folclóricos, otras políticos, otras con sugestiones mágicas, barrocas y de sorprendente fuerza imaginativa. Como dramaturgo, creó un teatro tocado por el realismo mágico, denso en significación humana y de notable poderío verbal. Como narrador, Asturias alcanzó su máximo prestigio. Sus novelas y cuentos revelan una apasionada y subjetiva captación de la realidad en diversas facetas: la tragedia de las dictaduras, el mundo mágico del indígena, el mundo de magia y ensueño de la niñez, las tradiciones de Guatemala; en sus novelas asoman los influjos entremezclados de diversas tendencias, movimientos y corrientes literarias".

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